sábado, marzo 29, 2014

ENRIQUE LUIS REVOL, Homenaje al "Nautilus"






ENRIQUE   LUIS   REVOL



Homenaje al “Nautilus”


Se remonta a través del registro de piedra a quinientos millones de años y desde la tierra casi primordial vibra bajo las aguas su sabia arquitectura que tanto tiempo tuvo allí para aprender de rosada esbeltez entre el terciopelo negro. Como en una vitrina de la Quinta Avenida reposa paciente al fondo del mar, su “midtown” Manhattan.

       Tan viejo marinero puede empero sentirse muy brioso grumete, pretendiendo ignorar la trágica historia del capitán Achab. Argonauta cuyo vellocino sería la eternidad, resulta bien sencillo atraparlo cuando cae la noche. Poeta maldito, poco amigo del sol.

       Descarta la roca del tiempo la viscosa blandura y al final sólo queda el vestigio sublime de paredes que acaso también tiñó antaño el suave pincel cuya caricia ahora rechaza un corte lentamente certero. Para revelar su turbina creadora de Leonardo ancestral.
      
       Enseña todavía —¡paradojal tortura!— con un lema total: más adentro.

       Estupendo albañil del abismo, ya es Hamlet, su propio prisionero. En más de treinta cámaras, hermético desdén.

       Pero, ávido de aventura, anula de pronto esa obsesión de muros entre un estricto yo el vastomundo mostrenco. Al caer la noche se le impone pasear.

       Y sube hacia la muerte porque desde el cámbrico le empecina un rotundo callejón sin salida. Tal vez le convenza el último instante: esa única abertura no va a dejarlo libre.

       Por eones y eones otros emularán aún su busca letal, ascendiendo a expirar.

       Nautilus pompilius, cuán profundo esplendor, reliquia cuyos pies brotan de la cabeza; y puesto que una ciencia en nada caprichosa le ordena cefalópodo, bueno es añadir: si bien su caracola no estaría, sin duda, en la erótica gruta del “pauvre Lélian”, siempre es clara lección dirigida al poeta, pues repite el esquema de las nebulosas. Para corroborar a Kant y Laplace con severa elegancia “centenaria y actual”.