miércoles, enero 30, 2013

KONSTANTIN KAVAFIS Recuerda, cuerpo...





RECUERDA , CUERPO...



Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto se te amó,
no sólo los lechos donde estuviste echado,
mas también aquéllos deseos que, por ti,
en miradas brillaron claramente
y en la voz se estremecieron —y que un
obstáculo fortuito los frustró.

Ahora que todo se halla en el pasado,
parece casi que a los deseos
aquellos te hubieras entregado —cómo brillaban,
recuerdos, en los ojos que te miraban;
cómo en la voz por ti se estremecían, recuerda, cuerpo.




KONSTANTIN KAVAFIS (1918)





Konstantin Kavafis ESPERANDO A LOS BÁRBAROS





ESPERANDO A LOS BÁRBAROS


—¿Qué esperamos congregados en el foro?

              Es a los bárbaros que hoy llegan.

—¿Por qué esta inacción en el Senado?
¿Por qué están sentados sin legislar los Senadores?

              Porque hoy llegarán los bárbaros.
              ¿Qué leyes van a hacer los Senadores?
              Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros.

—¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto
y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad,
está sentado, solemne y ciñendo corona?

               Porque hoy llegarán los bárbaros.
               Y el emperador espera para dar
               a su jefe la acogida. Incluso preparó,
               para entregárselo, un pergamino. En él
               muchos títulos y dignidades hay escritos.

—¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron
hoy con rojas togas bordadas;
por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos engastados y esmeraldas rutilantes;
por qué empuñan hoy preciosos báculos
en plata y oro magníficamente cincelados?

                Porque hoy llegarán los bárbaros;
                y espectáculos así deslumbran a los bárbaros.

—¿Por qué no acuden, como siempre, los ilustres oradores
a echar sus discursos y decir sus cosas?

                Porque hoy llegarán los bárbaros
                y les fastidian la elocuencia y los discursos.

—¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían
y todos vuelven a casa compungidos?

                 Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
                 Algunos han venido de las fronteras
                 y contado que los bárbaros no existen.

¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.




Konstantin Kavafis (1904)