Jorge Colombo
La noria
...por
eso sabiendo Mateo que mañana y todos los días que le siguieran debía
madrugar muy temprano cuando llegó a su casa en la zona sur de Glew
sobre la cortada de tierra próxima a las vías del tren a eso de las diez
de la noche cuando su familia ya dormía se fue directo a la cama sin
probar bocado tratando de no despertar a su señora que
pronto se levantaría para tomar la guardia nocturna en la fábrica de
hilados mientras los chicos se las arreglaban con algún vecino para ir a
la escuela esperando todos que llegara el día sábado para verse las
caras y saber cómo les había ido y tal vez visitar al abuelo del otro
lado de las vías y también hacer alguna compra y pagar los fiados antes
de que se acumularan demasiados como aquella vez que con gran tristeza
de todos debieron abandonar el barrio porque a Mateo no le alcanzaba con
las changas que le ofrecían y la señora estaba embarazada del hijo
menor que ahora salía con su tío y sus hermanos después del horario de
escuela para tomar el tren blanco y ayudar a juntar papeles en las
enormes bolsas de lona que alguien les daba y los esperaba en grandes
camiones para volver al barrio y descargar en el galpón de un señor que
viajaba en auto para revisar todos sus galpones y fue por eso que un día
su hijo le dijo a la maestra que no había podido hacer sus deberes y
que no había sido por ir a jugar a la pelota sino porque el otro señor
le había dicho a su tío que tenían que mejorar su rendimiento de
embolsar papeles porque así no les iba a alcanzar ni para la garrafa de
gas que necesitaban porque se venía el invierno e iban a pasar frío así
que Mateo decidió dejar de deambular por la ciudad buscando changas y se
las arregló para asegurar lugares donde su familia pudiera juntar más
papeles sin que otro les quitara el territorio al que había que proteger
todos los días para el momento en que llegaran para la recolección en
particular los días lunes que se juntaba algo más o después de los días
de fiesta sobre todo de fin de año cuando se tiraban a la basura cajas y
papeles de colores para envolver regalos pues entonces había que
trabajar el doble para asegurarse de aprovechar todo lo que podían y
ganarse unos centavos más que mal no le venían para algún día ir a la
cancha de Boca o de Barracas a ver un partido de fútbol con los chicos y
por eso sabiendo Mateo que mañana y todos los días que le siguieran
debía madrugar muy temprano cuando llegó a su casa en la zona sur de
Glew sobre la cortada de tierra próxima a las vías del tren a eso de las
diez de la noche cuando su familia ya dormía se fue directo a la cama
sin probar bocado tratando de no despertar a su señora que pronto se
levantaría para tomar la guardia nocturna en la fábrica de hilados
mientras los chicos se las arreglaban con algún vecino para ir a la
escuela esperando todos que llegue el día sábado para verse las caras y
saber cómo les había ido y tal vez visitar al abuelo del otro lado de
las vías y también hacer alguna compra y pagar los fiados antes de que
se acumularan demasiados como aquella vez que con gran tristeza de todos
debieron abandonar el barrio porque a Mateo no le alcanzaba con las
changas que le ofrecían y la señora estaba embarazada del hijo menor que
ahora salía con su tío y sus hermanos después del horario de escuela
para tomar el tren blanco y ayudar a juntar papeles en las enormes
bolsas de lona que alguien les daba y los esperaba en grandes camiones
para volver al barrio y descargar en el galpón de un señor que viajaba
en auto para revisar todos sus galpones y fue por eso que un día su hijo
le dijo a la maestra que no había podido hacer sus deberes y que no
había sido por ir a jugar a la pelota sino porque el otro señor le había
dicho a su tío que tenían que mejorar su rendimiento de embolsar
papeles porque así no les iba a alcanzar ni para la garrafa de gas que
necesitaban porque se venía el invierno e iban a pasar frío así que
Mateo decidió dejar de deambular por la ciudad buscando changas y se las
arregló para asegurar lugares donde su familia pudiera juntar más
papeles sin que otro les quitara el territorio al que había que proteger
todos los días para el momento en que llegaran para la recolección en
particular los días lunes que se juntaba algo más o después de los días
de fiesta sobre todo de fin de año cuando se tiraban a la basura cajas y
papeles de colores para envolver regalos pues entonces había que
trabajar el doble para asegurarse de aprovechar todo lo que podían y
ganarse unos centavos más que mal no le venían para algún día ir a la
cancha de Boca o de Barracas a ver un partido de fútbol con los chicos y
por eso sabiendo Mateo que mañana y todos los días que le siguieran
debía madrugar muy temprano cuando llegó a su casa en la zona sur de
Glew sobre la cortada de tierra próxima a las vías del tren a eso de las
diez de la noche cuando su familia ya dormía se fue directo a la cama
sin probar bocado tratando de no despertar a su señora que pronto se
levantaría para tomar la guardia nocturna en la fábrica de hilados
mientras los chicos se las arreglaban con algún vecino para ir a la
escuela esperando todos que llegue el día sábado para verse las caras y
saber cómo les había ido y tal vez visitar al abuelo del otro lado de
las vías y también hacer alguna compra y pagar los fiados antes de que
se acumularan demasiados como aquella vez que con gran tristeza de todos
debieron abandonar el barrio porque a Mateo no le alcanzaba con las
changas que le ofrecían y la señora estaba embarazada del hijo menor que
ahora salía con su tío y sus hermanos después del horario de escuela
para tomar el tren blanco y ayudar a juntar papeles en las enormes
bolsas de lona que alguien les daba y los esperaba en grandes camiones
para volver al barrio y descargar en el galpón de un señor que viajaba
en auto para revisar todos sus galpones y fue por eso que un día su hijo
le dijo a la maestra que no había podido hacer sus deberes y que no
había sido por ir a jugar a la pelota sino porque el otro señor le había
dicho a su tío que tenían que mejorar su rendimiento de embolsar
papeles porque así no les iba a alcanzar ni para la garrafa de gas que
necesitaban porque se venía el invierno e iban a pasar frío así que
Mateo decidió dejar de deambular por la ciudad buscando changas y se las
arregló para asegurar lugares donde su familia pudiera juntar más
papeles sin que otro les quitara el territorio al que había que proteger
todos los días para el momento en que llegaran para la recolección en
particular los días lunes que se juntaba algo más o después de los días
de fiesta sobre todo de fin de año cuando se tiraban a la basura cajas y
papeles de colores para envolver regalos pues entonces había que
trabajar el doble para asegurarse de aprovechar todo lo que podían y
ganarse unos centavos más que mal no le venían para algún día ir a la
cancha de Boca o de Barracas a ver un partido de fútbol con los chicos y
por eso sabiendo Mateo que mañana y todos los días que le siguieran
debía madrugar muy temprano cuando llegó a su casa en la zona sur de
Glew sobre la cortada de tierra próxima a las vías del tren a eso de las
diez de la noche cuando su familia ya dormía se fue directo a la cama
sin probar bocado tratando de no despertar a su señora que pronto se
levantaría para tomar la guardia nocturna en la fábrica de hilados
mientras los chicos se las arreglaban con algún vecino para ir a la
escuela esperando todos que llegue el día sábado para verse las caras y
saber cómo les había ido y tal vez visitar al abuelo del otro lado de
las vías y también hacer alguna compra y pagar los fiados antes de que
se acumularan demasiados como aquella vez que con gran tristeza de todos
debieron abandonar el barrio porque a Mateo no le alcanzaba con las
changas que le ofrecían y la señora estaba embarazada del hijo menor que
ahora salía con su tío y sus hermanos después del horario de escuela
para tomar el tren blanco y ayudar a juntar papeles en las enormes
bolsas de lona que alguien les daba y los esperaba en grandes camiones
para volver al barrio y descargar en el galpón de un señor que viajaba
en auto para revisar todos sus galpones y fue por eso que un día su hijo
le dijo a la maestra que no había podido hacer sus deberes y que no
había sido por ir a jugar a la pelota sino porque el otro señor le había
dicho a su tío que tenían que mejorar su rendimiento de embolsar
papeles porque así no les iba a alcanzar ni para la garrafa de gas que
necesitaban porque se venía el invierno e iban a pasar frío así que
Mateo decidió dejar de deambular por la ciudad buscando changas y se las
arregló para asegurar lugares donde su familia pudiera juntar más
papeles sin que otro les quitara el territorio al que había que proteger
todos los días para el momento en que llegaran para la recolección en
particular los días lunes que se juntaba algo más o después de los días
de fiesta sobre todo de fin de año cuando se tiraban a la basura cajas y
papeles de colores para envolver regalos pues entonces había que
trabajar el doble para asegurarse de aprovechar todo lo que podían y
ganarse unos centavos más que mal no le venían para algún día ir a la
cancha de Boca o de Barracas a ver un partido de fútbol con los chicos y
por eso sabiendo Mateo que mañana y todos los días que le siguieran
debía madrugar muy temprano cuando llegó a su casa en la zona sur de
Glew sobre la cortada de tierra próxima a las vías del tren a eso de las
diez de la noche cuando su familia ya dormía se fue directo a la cama
sin probar bocado tratando de no despertar a su señora que pronto se
levantaría para tomar la guardia nocturna en la fábrica de hilados…
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