GOTTFRIED BENN Amor / Fragmentos
GOTTFRIED BENN
Amor
Fragmentos
AMOR
Amor —las estrellas hacen guardia
sobre los besos,
mares —Eros de la lejanía—
murmuran, murmura la noche,
se alza sobre el lecho, sobre el respaldo,
antes de que se perdiera la palabra,
Anadiomena
que surge eterna de su concha.
Amor: horas de sollozos,
ansias de eternidad,
borran sin muchas heridas
un par de lunas del tiempo,
desembarcan, ¡creencia exaltada!
El Arca y el Ararat
son para el agua un botín
sin límites.
Amor, transmites las palabras
que te fueron dichas:
ronda: cómo están los lugares
velozmente recorridos por lo que se extinguió.
Cambio. Y las horas ambulan,
y giran las llamas.
Entre tormentas ajenas,
te das y te recibes a ti mismo.
FRAGMENTOS
Fragmentos,
desechos del alma,
coágulos del siglo veinte.
Cicatrices: alterada circulación de la creación temprana;
las religiones históricas de cinco siglos, destruídas;
la ciencia: fisuras en el Partenón,
Planck, de nuevo perturbado, tropezó en su teoría de
los quantas con Kepler y Kierkegaard.
Pero hubo anocheceres que se perdieron en los colores
del Dios Padre, más sueltos, bullendo largamente,
irrevocables en su silencio,
en su chorreante azul,
color de los introvertidos.
Entonces uno se concentraba,
las manos apoyadas sobre la rodilla,
rústica, sencillamente,
y entregado a un tranquilo trago
mientras sonaban las armónicas de los peones.
Y otros,
acosados por convulsiones interiores,
impulsos hacia lo abovedado,
estilos de arquitectura comprimida
o partidas de caza en pos del amor.
Crisis de expresión y ataques de erotismo:
esto es el hombre de hoy.
El interior, un vacío,
la continuidad de la persona
es conservada por los trajes
que si son de buen material duran diez años.
El resto, fragmentos,
sonidos a medias,
frases de melodías desde las casas vecinas,
negro spirituals
o Ave Marías.
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